Quisiera pensar que hoy hay más seudónimos y alter egos que personas en el 1500. La posibilidad de ser otro está tan al alcance de todos que la mayoría lo aprovecha.
Yo firmo desde una cueva Eritrobo. Todo por una noción romántica de libertad de palabra. Pero no es verdad, te creas un personaje que también tiene sus límites y son tan reales como los propios. Y también demanda, demanda exposición y un espacio para poner sus letras. Límites sobre tus límites. Necesidades sobre tus problemas.
Pero, al parecer, no todo es tan malo. Sigo escribiendo aquí y él también. Y me gusta, no sé si la complejidad o la posibilidad, pero me place.
José Antonio.
3 huecos en el monologo.:
Una parte del todo. Firmas tu indeed.
Wu!
Bueno, pero ese personaje es una fraccioncita de tí mismo también, así que básicamente siguen siendo tus propios límites.
Wa!
cuando es tan difícil ser uno mismo...
concatenar existencia,
tú y tus personajes
me vuelven - - -.
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