Ayer dije "rough landing".
Hoy digo colisión total. Las efímeras vacaciones me hacen disfrutar de compañía apreciada, de momentos fuera de lo común, de personajes aleatorios que van mejorando entre recuerdos, como un buen vino. Y después, después una constante en la gráfica que es la vida rutinaria. Sin altos y bajos, sin histrionismos ni escenarios simbólicos. Me he pasado preparándome para prepararme para una vida con destellos; una vida de curvas senoidales maridadas con una buena exponencial de vez en cuando. Por que no ahora? por que no romper la constante a conciencia?
Busco al personaje interesante más cercano, lo busco en un radio de 200 metros alrededor mio. Y que esto sí sea una constante.
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Ahora que releo esto no quisiera opacar con el contraste una semana llena de gustos cumplidos. San Miguel de Allende, a pesar de ser cultura mexicana deglutida y digerida por y para americanos retirados, sigue siendo un pueblo mágico en colores, en pequeños espacios que forman claros verdes, a la inversa. Patios viejos, de esos centrales con fuente, que desbordan frescura y pasividad. Estando ahí casi me podía transportar a la casa de Úrsula y José Arcadio. Hasta un personaje gitano apareció y un daguerrotipo pude ver. Me faltaron bordadoras en el patio de la tarde y un loco abajo de un almendro.
Aparte encontré otro vicio de soledad, me compré una pipa de madera y aprendí a llenarla de tabaco. Es bonito, muy bonito San Miguel.
Tengo que aceptar donde camino
Hace 9 años
1 huecos en el monologo.:
Siempre he querido ir a San Miguel, pero el hermano nunca me ha querido llevar. Repito que los hermanos mayores son el diablo
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