obligado a continuar el movimiento de los péndulos ajenos, sufre la constante genealidad de mis vellos del brazo intricados movimientos de un resurgir maravilloso, que eleva las sensaciones a cuadros sin pintar. Los moja como pan en la leche y lleva resurgidos los tristez palpitares del payaso verde y fibroso.
¡El rojo mata!!!
Tengo que aceptar donde camino
Hace 9 años
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