Aquí estoy contra la pared fría y húmeda de una cavidad oscura. Estoy sentado y desde este lugar susurro todo lo que lees. No se quien eres, no te veo, ni siquiera me veo a mi mismo.
Este es el primer intento de un grito agudo que ondula desde mis oidos, una pequeña exhalación de aliento gélido. No sé si esto es solo para desanudar mi lánguida garganta, pero entiendo que el diálogo tortuoso de mis personajes necesita alguien que escuche solo para dilucidar todas las dudas de su existencia.
Así que te escribo y no sé si lees. Como ves no sé mucho, ni si quiera sé si voy a seguir escribiendo (suelo saboterame bastante).
Espero estar aquí mañana.
Tengo que aceptar donde camino
Hace 9 años
2 huecos en el monologo.:
todos nos saboteamos, triste historia... la misma de siempre
Peor que odiarse, es sabotearse uno mismo.
Publicar un comentario