Y que tal si hubiera.

Hoy estoy aqui, y me siento con la cabeza gigante y pesada. Pero no estoy triste, tampoco feliz, solo un poco aburrido.
Derritiéndome lentamente como una crayola en la cancha de basquet y el papelito queda redondo y vacío, como la ropa de un desaparecido.

El calor te abraza completo, es casi un líquido cariñoso, un metal morado fundido.

44 grados. y el asfalto es negro.

PERDÓN!

ya me cansé .... de todo.

de verdad...
esto es un cuento que no quiero contar!
También quiero dejar de compadecerme.. ni modo! si vivo en un hoyo negro y húmedo pues más vale pintar flores de colores en mi cráneo.
La gente me habla y no quiero contestar!

Li-mas-tala-vista

He querido encontrar algo. Lo perdí todo en el proceso, hasta el tiempo.

Ya no me gustan los olores, no encuentro el color que me viole los ojos y no he sentido nada desde hace mucho tiempo, me encerré en la burbuja de sonidos repetidos.

La cabeza me va a estallar y los ojos me odian por que sufren todo el tiempo.

Solo. ahora sí. Estoy más lejos de donde creía se podía estar, y no se si existe más distancia que esta. No sé si pueda regresar por que el bosque se me convirtió ajeno y el agua que corría a la distancia se cansó tanto que sudó su existencia.

Ni lágrimas quiero, solo quiero dispersarme en el viento como un polvo finísimo para dejar de ser una entidad, un número completo, una máquina de vapóres de mercurio.

Vengo?

Discurrir una carta sin letras.

He estado.

Donde está?
El estertor, un suspiro sucio, un suspiro lleno de burbujas y breves notas de cal.


Sostengo un foco prendido en mi mano, es un foco negro. Completamente negro; y su luz quiere convertirse en la apagada glutinosidad de mi sangre. Imagina una gelatina de sangre, a contraluz tiene pequeñas burbujas sólidas, cuágulos de ternura, nudos en la garganta que consumen poemas.


Busco: "a la brevedad posible". Pero mi cuerpo pesa. Por eso me gusta el plomo, yo soy plomo, soy esa pequeña lágrima que hunde la red de listones. Una tarraya de seda atrapa colores y sensaciones. Solo los olores se escapan, flotan a través cuadriculádos, formando un campo de cubos de olor.

¿Hasta donde tengo que ir para volver a escocer mis ojos con sal?


Me coso avieso sobre una tela amarillo pastel.

Hasta pronto. (murmullo azul celeste).

Recuerdo en un tono constante. (mi)

Estoy recordando y no me edito:

Partí de un lugar siniestro, acompañado de mi mismo, respirando solo mis suspiros y comiendo solo uñas. Encontré una pequeña cueva de plata cálida, me podía enrollar sobre mi mismo y ella se moldeaba perfecto; me sostenía y me cantaba al oido. De pronto un brillo dorado me arrebató la tibieza y por un largo tiempo he vivido en la fria angustia de un espejo de oro en el cual no me reconozco.

Donde está mi plata, donde está el hermoso laberinto que suplía a un corazón vacio?

Quejo-me de las bifurcaciones desatinadas.

Qon la boka rotaa esxcupo un (pronto vengo).

No, por que sí.

Estoy, derrumbando las paredes del laberinto de papel que se extiende en mi cabeza. Lo hago con una mezcla de mi propia sangre, mi saliva y mis tensas imágenes que se estaban suicidando. Al llegar a las decima pared, me encuentro con el triste péndulo del día, se mueve diligente, en un movimiento largo que apenas llega al cénit se desliza nuevamente hacia abajo por el lado en que llegó. El tiempo repitiendose a si mismo, sobre el mismo espacio y conmigo dando vueltas en un circulo apretado que acaba por intimidarme completamente, mis ojos se ponen blancos y todo desaparece en un oleaje amarillo y pestilente.

Me desnudo aqui y llego a la orilla como un pez plateado, reluciente, parezco liso pero mi piel es como una ligera lija de agua. Escucha el sonido rasposo de tu mano contra mi piel, no me toques tanto por que te vas a acabar.

Ahora yo estoy hablando desde el peldaño más bajo de la escalera.

Pronto vuelvo. (Con un mordisco en mi estomago ardido.)