obligado a continuar el movimiento de los péndulos ajenos, sufre la constante genealidad de mis vellos del brazo intricados movimientos de un resurgir maravilloso, que eleva las sensaciones a cuadros sin pintar. Los moja como pan en la leche y lleva resurgidos los tristez palpitares del payaso verde y fibroso.


¡El rojo mata!!!

0 huecos en el monologo.: