No me arrepiento, pero siempre me cuestiono, siempre. Este año se fue en nimiedades batidas en un caldo insípido. No fui piedra, fui una hoja de mil partes de micra de grosor. Flotando en las corrientes de aire delgado e insalubre. Una mota de materia indefinida sin conocimiento de causa, ni causa de conocimiento, ni a causa de ningún conocimiento nada.
No hago sentido, lo que quiero decir en este nicho de "la nube" es: hoy no sé, ayer no está, pero mañana, mañana quiero un peso real que permita que la gravedad actúe y el humo se vaya disipando con viento de aliento hablado, de palabras con significado táctil y anzuelos de pescador. Estar aquí, es lo que quiero; estar aquí.
Hoy no como uvas, no por tener el parásito de la contra engranado en el hipotálamo, más bien por la ofuscación del spotlight en el escenario privado de la mente. Yo no sé usted, o usted, pero nunca he estado cien por ciento seguro si las uvas son deseos o resoluciones. El ejercicio mental siempre me deja con el mal sabor de boca de la improvisación, la repetición de mantras prefabricados de buenos deseos y el ligero remordimiento de no estar tratando de recordar lo que estoy diciendo.
No estoy intentando ser antagonista de la fiesta de Año Nuevo (aunque lo parezca) es solo que así como el mundo no se acabó, el mundo no empieza hoy. Mejor te deseo que tus ciclos de cambio sean buenos, que disfrutes el descubrir y que te acuerdes de cada uva.
Feliz nueva fecha en el calendario!
post data--- se me hacía más estético escribir 2012.
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