Sí.

A veces sí quiero estar solo.
Escuchar el crujido del tabaco consumiendose y después el silencio vuelto humo. No es que masticarme me parezca suficiente; pero un solo sabor, sin acentos, notas o sorpresas explosivas, logra asentar los granos de café molido y distinguir las capas se hace más fácil.

1 huecos en el monologo.:

Anónimo dijo...

saber que hay alguien ahí...