Volver a los diecisiete.

Diecisiete. Volver a los diecisiete. Volver a sentir profundo. Sueño con serpientes, con serpientes de mar. 

Velos transparentes vuelan sobre un agua púrpura que se mueve cadenciosa, un pequeño barco en un trasplano se alza sobre una ola, popa al viento. En la profundidad se mueve la serpiente, navegando corrientes mansas avanza en perpendicular a ti que observas desde un punto imposible. Vez el corte del horizonte húmedo y con las lágrimas azul marino muriendo en tus pómulos y tu barbilla en las rodillas, sientes la verdadera soledad de crecer. Te das cuenta que no eres una persona, eres Una Persona. En singular, en particular, en reclusión por tus diferencias, no eres parte de nada, vives en ese mar púrpura donde todos son partículas de agua y tu un barco que hinca su proa, intentando hacer que algunas gotas aborden tu isla finita de tablillas de madera verde. Pero las medias esferas de agua siempre se evaporan.  

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