"Dentro de una cáscara de naranja seca, inflada y vacía, se encuentra el pequeño corazón de un ave. Esta palpitando una suave canción eternizada en el interior blanco de su habitación. El tempo dirige una marcha infinita de gusanos blancos que avanzan hasta un precipicio donde todos pierden la formación y se amontonan y pelean por el último pedazo de tierra y pulsan, pulsan como un gran ojo recién cortado en dos que habla por la ruptura y dice en palabras sangrientas 'no, no, no, que se derrita un no en mi boca y me deje respirar'.
Danzan 3 niñas vestidas de verde pálido sobre una bola gigante de vidrio transparente; inmortalizado dentro me encuentro yo, en posición fetal, tratando de esconder la cara que no tengo, comiéndome el ombligo , estirando con los dientes la tripa de malas ideas que me ata a este útero cristalizado. Las malas ideas no las pensé, no las razoné, solo las actué como si el destino fuera un guión que yo escribí en un día gris debajo de un árbol sin hojas, un árbol hueco donde habitaba el espíritu de la soledad mientras se devoraba el estómago de un becerro recién parido.
No sé quien vuelve a contra sol; solo sé que esa figura avanza con una bolsa en la mano y que su silueta se ha vuelto tan oscura que mis uñas crecen muy rápido en los puños apretados, y se meten muy dentro, se entierran en la tibieza de los músculos y la suavidad de mis temores. ¡HUYE!"
Se lo dicté a ÉL, después lo presento si no me come los ojos antes.
Hasta pronto. (con los ojos calientes y cenizas anidando en mis pestañas)
Tengo que aceptar donde camino
Hace 9 años
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